martes, 25 de agosto de 2009

El buceo

Abrió los ventanales. ¡Qué dia tan hermoso! Se esperezó y sintió que el viento tierno envolvía su cuerpo. Miró hacia abajo. Mañana de domingo. Calle desierta. Calculó la distancia. Estiró los brazos como para bucear. Se arrojó a la profundidad. (EGMC)

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